Tiempo - presente - sensación - devenir - cuerpo

El presente como un sistema que pone en juego las relaciones entre las sensaciones y los movimientos.
El cuerpo en consecuencia, como centro de acción, se convierte en el lugar privilegiado del devenir, porque actúa como receptáculo de las impresiones que cobrarán forma a través del movimiento.

La sensación, que no da paso a la excitación o que no se prolonga en una reacción conserva sus propias vibraciones, contrae sus vibraciones.
Esta fuerza del ser que no actúa sino que es pura presencia se abre, sin embargo, al espacio de un verdadero sentir interior que se va plasmando silenciosamente en la quietud alerta de la atención, que al contemplar estas sensaciones descubre la actividad contemplativa de su propio ser.

...las capas del pasado y los estratos de realidad, unas emanando de un adentro siempre ya ahí, los otros adviniendo de un afuera siempre venidero, ambos socavando un presente que no es más que su encuentro.

La importancia que reviste este estado es que en él tenemos la ocasión de rehacer el tejido de nuestra sensibilidad.
El recuerdo que nos devuelve a nosotros mismos es el "acontecimiento", porque sostiene en su interior la copresencia de todos los bloques del pasado atravesados por el vector del tiempo.
La memoria nos impulsa a vislumbrar otros territorios todavía en potencia de devenir:

La memoria no está en nosotros, somos nosotros quienes nos movemos en una memoria. Ser, en una memoria mundo.

Todo aquí es un presente, un presente que atraviesa transformaciones sucesivas y penetra o relaciona diferentes capas, que cruza diferentes estratos y urde entre ellos configuraciones ilocalizables, que van transformando nuestros registros habituales, dando lugar a un nuevo tejido corporal.


- Guilles Deleuze "La imagen tiempo. Estudios sobre cine II"
- Hugo Perrone "Eutonía, arte y pensamiento. Nuevos paradigmas"